Restaurante Italiano en Santa Catalina

Aquí se come como en casa… si tu casa estuviera en Sicilia.

Si la nonna lo aprueba, tú solo mangia

El barrio respira vida: vecinos que se saludan, el aroma del pan recién horneado, risas que llegan de la mesa de al lado.
Tú entras, y antes de abrir la carta ya sabes que aquí se come bien.
No hay prisa, pero tampoco dudas: si la nonna dice que hoy el Catanese está en su punto… se pide.

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Arancini-cocina-santa-catalina

Calor de horno, calor de barrio

La cocina siempre está encendida, como en las casas sicilianas.
Dentro, el calor del horno; fuera, el calor de la gente.
Platos generosos, vino que se sirve sin mirar el reloj y sobremesas que se alargan “porque todavía queda un poquito de tiramisú”.

La verdadera decisión empieza después de elegir mesa.

La carta no ayuda: todo suena a receta de domingo en casa de la nonna, y todo pide llegar a tu mesa.

O reservas… o te lo cuenta otro mañana

Aquí siempre hay un plato más… pero las mesas se acaban. Reserva, y que la nonna te guarde sitio.

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